La exposición del hijo de Zorba, el Griego

Ya que en el anterior post (que podría titularse "cómo cebarse con un nerd") ha salido el tema, aquí tenéis lo que queríais: Los Secuestradores de Iones analizando la exposición de Toñi Quinn...

La primera observación que hay que hacer es decir que el personaje en cuestión está tan eclipsado por la enorme figura de su padre... que ni siquiera le llamamos por su nombre, este chico se llama Lorenzo (nombre muy adecuado para exponer en Huesca, por otra parte), no Toñi(que suena más a criada de Arturo Fernández).
La segunda observación es que si esperáis que suene la música de "Zorba,el griego" de fondo mientras observáis las esculturas os vais a llevar una decepción.

Lorenzo, aunque no niega que ser hijo de quién es le ha abierto muchas puertas, también es consciente de que para diez de cada diez personas es "el hijo de..." y eso es un lastre que sólo los que somos hijos de famosos lo podemos entender.

La exposición en sí nos muestra unas cuantas esculturas en bronce; la gran mayoría en pequeño formato y un par un poquito más grandes.
Tiene un estilo figurativo, muy académico, en el que está muy presente la figura humana y le da mucha importancia a la anatomía.
Técnica es buena y logra composiciones muy equilibradas(el beso, sin duda la mejor obra de la muestra junto a unas manos que bailan flamenco-nada original pero perfectamente ejecutadas), con texturas sin pulimentar que le dan cierto juego y pueden resultar bastante interesantes...
En el aspecto técnico podríamos decir que Lorenzo es un buen artesano, que domina la técnica y tiene buen gusto a la hora de tratar los materiales... pero en el aspecto artístico y creativo... el autor nos muestra una obra (que podríamos etiquetar de simbólico surrealista) bastante vulgar, con temas muy trillados tratados de una manera muy pedante, casi diríamos hortera.

mejor lo gritamos: ¡hortera!

En fin, parece que Lorenzo poco a poco va logrando su sitio en el mundo fuera de la sombra de su padre (13 líneas sin nombrarle!) así que le deseamos suerte pero no confíamos en absoluto en que cambie el curso de la historia del arte.