Dadle cañita!!!

Mucho tiempo sin escribir, lo sé, entono el mea culpa.

Entre el verano, San Lorenzo, una acusada crisis de inspiración y los cambios de humor que produce en mi el Parepin (esa droga que el gobierno ha inoculado en el agua para mantener a raya las mentes más lúcidas del planeta) me ha sido imposible deleitaros con las epifanías y discursos iluminados con los que, todo líder post apocalíptico que se precie, hace proselitismo en pro de aunar hordas de minorías rebeldes y combatir el tedio de esta sociedad que está abocada a la autodestrucción por falta de humor.
Mucho se ha hablado estas últimas semanas (en el ámbito blogscense) sobre el arte, los artys, los que hacen rayotes, los musiquillos, los pseudoperiodistillas, los huesquetas, los conejos, los envidiosos, los frustrados… y bla, bla, bla cuando lo que realmente importa de este mundo, y todos lo sabemos, es FOLLAR.
Todo en el comportamiento humano está predeterminado para la consecución del noble arte de echar un polvo. ¿Qué es, el amor, si no una ilusión, un estado alterado de conciencia por medio del cual conseguimos emparejarnos y encamarnos?, ¿Qué es, un orgasmo, si no el premio por una existencia humana bien ejecutada?, ¿Qué es, el onanismo, si no el mayor y más conseguido sucedáneo de la historia de las especies, mejor aún que la Gula del Norte, las bocas de mar, las huevas de lumpo o la leche de soja?
Si, señores, sex rules the world. Así de claro. Sólo hay que introducir la palabra sex en Google para cerciorarnos de tal aseveración y frente a los 465.000.000 de resultados que nos da esta palabra tenemos la notable aunque insuficiente cifra de 314.000.000 si tecleamos God ó los 80.800.000 si introducimos en el buscador Christ. Cantidad ésta última muy cercana a los 75.200.000 de resultados que produce escribir Elvis y es que por algo lo llamarían la Pelvis ¿no?.
En fin que en el fondo somos unos guarretes y lo que más nos mola es el ñaca-ñaca. Qué le vamos a hacer, no le deis más vueltas mis pequeños tocinos y aprovechar vuestro tiempo retozando como alimañas en celo.
Esto me trae a la mente algo que se discutía hace poco en el foro de riff-fanzine:
¿Por qué les gusta a las mujeres el cine de Julio Médem? La respuesta para mi es tan diáfana como un cielo sin nubes a la vez que generalista con el género femenino.
En este caso lo voy a extensible a los dos géneros, por que de todo hay en la viña del señor.
Lo que en definitiva, el cine de Médem, proporciona a las mujeres, y a los hombres sensibles, es sexo. Sexo aderezado de ciertos ingredientes que hacen que el espectador no se sienta cohibido pensando que está viendo una vulgar cinta porno u erótica. A saber: historia de amor pasional al límite, simbolismo onírico que dota al film del anhelado tufillo intelectual, y por supuesto escenas de sexo tratadas de manera esteta.
Todo esto conlleva a que la persona que la ve (hembra o macho sensible) no tenga prejuicios y pueda ver como folletea la pareja (o trío) de turno en la gran pantalla sin ningún tipo de cargo de conciencia. Claro, como todo es tan artístico e intelectualoide…
En fin, nosotros desde los Secuestradores de Iones abogamos, como ya sabéis, por el porno amateur y por un visionado totalmente funcional y entregado a la consecución de la consabida paja, gayola, manola, alemanita o como, en vuestra más profunda intimidad, denominéis a este acto.
Sin más me despido, no sin antes instaros a que salgáis de vuestros hogares en vuestro traje natal y al grito de Bukakke!!! os abandonéis a vuestros instintos más primarios y copuléis los unos con los otros hasta desfallecer.
Si alguien necesita alguna coartada o excusa para realizar semejante derroche de amabilidad sexual que piense que es por la paz mundial, o lo que quiera.
Hasta la próxima entrada mis futuros salvajes lectores tántricos!!!!