jazz-pintxaldia 2010

Donosti mola, y eso es un hecho. Una ciudad de una gran belleza, un tiempo agradable (o agradablemente malo), un gran ambiente, y sobretodo una gran gastronomía, sin duda comparable a las tapas oscenses (mode ironia off). Los iones tour, con otro de sus corresponsales al mando, el atractivo y no suficientemente valorado J, nos desplazamos a la ciudad de los pintxos un nuevo año para ver ese gran festival que es el jazzaldia. Un festival de contrastes, por que lo mismo tienes jazz (en su mayoría), que grupos muy alejados del jazz (pop, rock...) que constituyen el reclamo para las masas. El festival lo inauguró la totem Patti Smith, pero yo no estuve. Si estuvo la señora J, que lo describió como un concierto muy bueno empañado por un tiempo muy malo.Vimos muchas cosillas, mucho jazz, que podríamos describir objetivamente como chss, chss-chsss, chsss, chsss-chsss... Entre los que vimos, e incluso pagamos por ello, se encontraba Christian Scott,que al parecer es la gran esperanza negra del jazz actual. En mi opinión, el tio molaba por que era como una especie de pandillero de The Wire, pero a nivel musical, pues no se, me dejó un poco frío, que en jazz debe ser que en mi opinión no estuvo especialmente bien. Pero como el jazz es cosa de sentimientos ( y chsss...chsss-chssss), pues seguro que las críticas especializadas lo ponen bien. Claro que no creo yo que ningún lector de este, elmejor blog del mundo, vaya a leerlas, pero nunca se sabe, con el jazz nunca se sabe.

Dentro de los conciertos no pop, vimos al lider de The divine Comedy, banda de la que he leido mucho pero no he oido nada. En un escenario sin igual (playa de la Zurriola), con buen tiempo, me pareció un concierto fantástico, un magistral pop en solitario que mereció la pena. Lástima que estos conciertos gratuitos pronto se ven invadidos por cencerros que van a pasar el rato y no dejan ver el concierto a los demás, pero oye, todos hemos sido jóvenes y no es plan de liarla.

En fin, un fin de semana interesante, con muchas cositas de jazz, que para los neófitos no está mal, al menos para un rato. Un sitio espectacular. Y sin duda, unas manitas de cerdo en hojaldre con hongos, unas minihamburguesas de ternera Kobe (Bryant) y unos pintxos de solomillo, que junto con la tortilla de bacalao que nos calzamos para desayunar ayudaron a mejorar considerablemente el nivel de la visita.

San Sebastían, un must!!!!