Alguien Voló Sobre El Nido Del Cuco

Ayer volví a ver esta magnífica película de Milos Forman protagonizada e interpretada de manera magistral por Jack Nicholson, Louise Fletcher (la enfermera cabrona) y todo
el elenco de secundarios de lujo haciendo de entrañables tarados. A destacar de entre estos últimos a Danny DeVito y Christopher Lloyd.
Película preciosa y divertida a la vez que terrible y triste. Y que igual que en muchas ocasiones te hace esbozar una sonrisa o directamente soltar una carcajada, en otras te produce verdadera sensación de desasosiego y angustia.
Increíble como se llega a empatizar con el personaje de Jack Nicholson, Randle McMurphy, un bala perdida que consigue que lo encierren en un centro psiquiatrico para no cumplir condena penitenciaria, y que se ganará la admiración y cariño de los internos así como el odio del personal médico y especialmente el de la enfermera “Bruja del Norte” Ratchel.
La película es todo un canto a la libertad así como un alegato en contra de las represiones, los convecionalismos estúpidos y los dogmas que son lo que realmente coarta la voluntad de los seres humanos.
“¿creeis que estais locos o algo por el estilo?, ¿pues no lo estais?” dice Nicholson a sus compañeros. Y de eso trata la película, de romper tabúes como el de la locura.
Y todo ello gracias al catalizador que es Randle McMurphy, un individuo que pese a su presupuesta baja catadura moral, demostrará tener unos valores y una visión de la vida bastante más elevada y libre que esos carceleros de la razón personificados en celadores, médicos y enfermeras.
Personaje clave en el film es, también, el indio gigantón y la relación que entabla con el protagonista, que a la postre será imprescindible para el conmovedor desenlace.
Sólo añadir que la película obtuvo los 5 oscars principales (actor y actriz principales, película, director y guión) y animar a quien todavía no la haya visto que enmiende ese error lo más rápido posible.

Momentos antológicos:
Muchas escenas de la película podrían ser catalogadas como tales: la escapada en barco, la retransmisión del partido ficticio, el partido de Basket, la fiesta con las pilinguis, “cuando Nicholson le da un chicle al indio”, etc… Pero sin duda el momento más mítico del film es el final de la película con el indio estrellando la pila del agua contra la ventana.