Nine Inch Nails dinamitan Barcelona

"Tranqui Padre, que controlo... voy p'abajo!"

Ya sabéis que los Secuestradores de Iones esperábamos con cierta ansiedad la llegada del grupo Californiano a nuestra querida piel de toro, así que les dedicaremos un artículo como se merecen.

Por mi parte, como líder fundador de este espacio web, besé la mano de mi padre, El Rey de Borneo (como ya sabéis, la sangre real corre por mis venas a partes iguales con la sangre normal) y abandoné las lujosas estancias del chateau donde paso los fríos inviernos rodeado de hermosas sirvientas desnudas y me personé el Domingo día 18 en la ciudad condal para rendir tributo a la banda más grande del momento, faltaría más.

Desconozco si J (el carismático) acudió a alguno de los conciertos que tuvieron lugar en los madriles, y si Anxl (el talentoso) finalmente consiguió entrada para ver el concierto del lunes 19 en Barcelona... si lo hicisteis, no sé a por que razón están pasando tantos días sin compartir con nosotros vuestra Reznor-xperience.

The Hand that feeds y las luces

Acompañado por Garche, mi fiel escudero, atamos nuestros caballos y nos personamos en la sala Razzmatazz cuarenta minutos antes de la hora marcada para el comienzo del espectáculo. Para nuestra alegría la sala ya presentaba un estupendo aspecto, con el público abarrotando el espacio destinado a este fin (ser abarrotado). Entre cervezas, nos asombramos de la heterogeneidad de dicho público, y comentamos alegres la hermosa virtud que tiene NIN de gustar tanto a góticos o modernis como a rockeros o punkies, como a enteradillos, como a paletos... como a nostros.

El show comenzó impactante, espectacular... y a su hora, demostrando que Trent Reznor es un tío serio, que se viste por los pies. Este primer contacto con el concierto llegó a su climax con Terrible Lie, que es un temazo y March of the Pigs, espléndidamente acogida por el público.

El momento Closer, muy esperado por un alto porcentaje del público, llegó antes de la cuenta para sorpresa de muchos , incluso hubo un tipo que estaba por mis alrededores que le dijo a su chica:"Aún no, aún no, esta no es..." y tras descubrir que sí que era se abrazaron para cantar el estribillo juntos, ella le perdonó su incultura musical, fue bonito.

Este momento romántico merece que nos detengamos por un breve instante para haceros llegar mi reflexión; comprendo que las parejillas se abracen cuando comienza Sweet Child of mine, o con cierto tipo de baladillas, pero... ¿abrazarte y saltar sonriente gritando 'I wanna fuck you like an animal' con tu chica?... en fin, cosas veredes, dicho Sancho a Don Quijote.

Tampoco me gustó que con lo bonita que estaba quedando Hurt, con la gente cantándola susurrando, estaba resultando una versión de cierto aire sagrado, que ponía los pelos de punta... algún garrulo se pusiese a dar palmas que quedaban fatal, menos mal que en seguida se acabaron porque me repateaba mucho, aquí tenéis el vídeo del momento.

Volviendo a lo que nos ocupa, sólo podemos decir que el set-list fue acojonante; prácticamente perfecto, el repertorio de los Nails es absolutamente apabullante y definitivo, y todos los temas resultan terriblemente eficaces en directo... cosa que no parece tan fácil de conseguir cuando uno escucha su sonido de estudio.

Quizá nos hubiese gustado escuchar la versión de Joy Division, Dead Souls , o que la duración del show fuese un poquito mayor (1hora y 35 minutos duró, así más o menos) pero ahora no nos vamos a quejar, porque conciertos así (y con la sala llena) no se ven todos los años.

Con respecto a la formación,

Reznor está pletórico, magnético y con la voz en plena forma. Controló en todo momento lo que pasaba en el escenario y ante él. Hay que decir que han pasado los años para el líder de NIN, y que está un poco recio (cuellotoro), pero que es uno de los más grandes y carismáticos frontmen de la historia del rock.

El guitarrista, un payaso, punto negro para él.

Lo de la puesta en escena y la iluminación fue guay, pero demasiado flash, algunos ratos uno dudaba de si realmente aquello era inocuo para la vista, lo que es seguro es que todos salimos con las pupilas totalmente dilatadas como si tuviesemos un par de cucarachas en lugar de globos oculares. De hecho, a la entrada había cateles que advertían de las luces: 'En este espectaculo se proyectan luces psico-estero-icono-gamma-ptzéicas', o algo así.

Tras el concierto, mi escudero Garche y yo cogimos nuestras alfombras voladoras y emprendimos el viaje de vuelta rumbo a mi morada en el pico más alto de los andes, donde nos esperaban dos hermosas muchachas en cueros, dispuestas a satisfacer nuestros deseos, por oscuros o retorcidos que éstos fuesen.

Por cierto, la foto está sacada del foro de Riff fanzine ,gracias.