Esclavos del Vicio - "Inocencia Perdida" (Reseña)

Bueno, bueno... por fin podemos hablar del disco en cuestión. Tras una demora más propia de Axl Rose, el Chinese Democracy oscense ya está en la calle.
A estas alturas ya somos bastantes, en el entorno de la banda, los que tenemos el álbum más que asimilado. Con lo que, ésto, más que una crítica fresca se va a asemejar más a un concienzudo análisis. Así que, a leer y a callar.

¿Qué nos ofrecen EDV en su debut discográfico? Pues como todo el mundo que los haya visto en directo sabe, y como reza la portada: A Pure ROCK Experience 100%.
EDV lo tienen muy claro, saben lo que les gusta y lo más importante, lo transmiten.
A lo largo de los 9 temas de los que consta el CD está joven banda nos impregna y contagia de su hambre y ganas por ser algo más que cuatro amigos que se juntan de vez en cuando para tocar.
El tiempo dirá, claro, pero lo que no se puede negar que este puñado de temas tienen vocación de mucho más.
Bueno, no vayamos a chuparnos las pollas todavía ( diría Harvey Keitel), que está claro que les queda mucho camino que recorrer todavía y vamos al grano con este "Inocencia Perdida".

Ahí está el disco, compartiendo escaparate con Camarón, los Zeppelin y Camela, toma ya.

El comienzo del disco ya es toda una declaración de intenciones, la poderosa Rol de Pornostar es el tema más rápido del repertorio y nos presenta las influencias más callejeras de la banda. Letra macarra y hedonista que evoca al sleazy rock de los primeros Guns N'Roses o a los (¿afortunadamente?) recientemente disueltos Velvet Revolver (vamos que todo queda en casa).
Como se ve la cosa ya comienza con imaginería y clichés rockeros que van a ser una costante en todo el disco.
Digo clichés, sí, y también tópicos, sí, pero lo que en otras bandas pudiera ser algo peyorativo en Esclavos del Vicio no lo es en absoluto. Es más, ellos se regodean y satisfacen de encarnar esa tradición rockera que tan poco en boga está en nuestros días y de la que ellos tanto se han empapado.
Segunda parada, Tu Bendición. Medio tiempo con una intro deudora de los Cult y épico estribillo que anticipa realmente por donde irán los derroteros del disco, a saber: menos inmediato y urgente que el tema que lo abre.
Contundente hard blues es lo que nos encontramos en Carretera Perdida. Riff heredero de Led Zeppelin y guitarras dobladas a lo Thin Lizzy es el primero de los dos temas que co-escribe Javier Puyelo con AnxlSuperstar (autor del resto) y deja patente la vena bluesy del guitarrista que quedará totalmente plasmada en el otro tema de su cosecha, la excelente La Luz No es Razonar.
¿Baladas? por supuesto, que coño es un disco de rock sin una balada... la chica y la canción responden al nombre de Valerie y practicamente se podría calificar como un manual para escribir baladas. Con una estructura tan clásica como efectiva EDV nos regalan su Patience, su Heartbreak Station, su Every Rose Has Its Thorn, su Angie, su Dream On, su... bueno lo habéis pillado ¿no?
Llegamos al ecuador del álbum, con el número cinco: No Es Malo Lucifer. Perfecto single, estribillo pegadizo para una perfecta canción pop-rock bañada de purpurina como le gustaban a Marc Bolan (del que suelen versionar, a menudo, su inmortal 20th Century Boy).
A No Es Malo Lucifer le sigue La Luz No Es Razonar tema del que ya había hablado anteriomente y que es un delicioso blues con una increible slide guitar. A destacar también su parte reprise y el pedazo de solo de armónica de Javi Puyuelo.
Seguimos con el blues, esta vez sirviendo de base para Diez Años un emotivo medio tiempo que es de lo mejorcito del CD.



Aunque la verdad es que la recta final de disco no tiene desperdicio. Después de este Diez Años vuelven a coger a Billy Duffy y Ian Astbury como referencia y atacan el hímnico Pastel de Placer, posiblemente mi tema favorito del disco y que resume perfectamente la filosofía mitómana del combo californi... digo oscense: "quiero crecer, conseguir ser estrella de rock...". Lo dicho, temazo (con guiño a Uzzhuaïa incluido).
Vamos a ver, recapitulemos. Tenemos el tema rapido y directo, medios tiempos bluesies, epicismo, la balada, un single redondo... ¿que nos queda? pues sí, no se vayan todavia aún hay mas (Mighty Mouse dixit), aún les sobra fuelle para adentrarse más en las raices americanas y parir un country rock de lo más molón que lo mismo bebe de Tom Petty que del Apuesta por el Rock'n'Roll de Más Birras (por poner algún otro grupo patrio) y a la que el mismísimo Jonny Kaplan dio el visto bueno. Ahí es nada!!! Wilco, Jayhawks, Clem Snide.... nah!! ESCLAVOS DEL VICIO.
No puedo acabar la reseña sin antes destacar también la labor de la efectivísima base rítmica comandada por Iván Soldevilla a la batería y Javier Yubero al bajo, gran trabajo chicos!
Ahora a ver si le pegáis un buen bocao a ese pastel del que habláis.
SUERTE