Desde las entrañas del horror. "El profesor Thomas Richardson"
El día amaneció resplandeciente tras la tormenta y muchos jóvenes decansaban en la fresca hierba del campus de la Universidad de Miskatonic. La noticia de que habían expulsado al profesor James F. Durham había causado un cierto revuelo que en seguida se vió eclipsado por el partido de rugby que esa misma tarde enfrentaría a los chicos de la Universidad con los campeones vigentes; los Yelltown Lioncats.
En su despacho, el profesor Thomas Richardson apuraba su vaso de whisky intentando comprender las razones que habían llevado al claustro a expulsar de una manera tan extraña y precipitada a su amigo James. Estaba claro que el asunto del encuentro de James con aquella alumna era tan sólo una excusa, muchas veces se habían comentado en tono divertido el éxito que tenía James entre las muchachas, y nadie le dió nunca tanta importancia hasta ahora.
Tras la ventana del despacho el sr. Richardson observó un rato a las jovencitas con falda escocesa en silencio y llenó de nuevo su vaso... el teléfono comenzó a sonar y el profesor intuyó que no eran buenas noticias.
-¿sí?¿cómo dice?... ahora mismo voy...díganle que voy para allá.
Maldiciendo su acertada intuición y bebiendo de su petaca Thomas Richardson partió hacia la casa de James F. Durham, o mejor dicho, lo que quedaba de ella puesto que parece ser que James, en un avanzado estado etílico le había prendido fuego al edifico.
Los bomberos se ocupaban de sofocar los últimos resquicios del fuego, que había devorado practicamente todo. James le esperaba sentado en el suelo, con la cara manchada de ceniza, contemplando los restos calcinados y jugueteando con algo entre sus manos, parecía encontrarse tranquilo aunque aún bajo los efectos del alcohol y saludó a Thomas con un gesto despreocupado.
Ambos echaron un trago de la petaca de Thomas y decidieron dar un paseo siguiendo la orilla del lago.
- James, aquella chica...
- Sé lo que piensas...se llama Rachel Parker...no le toqué un sólo pelo, Thomas, te lo aseguro, esto es algo más importante.
- ¿Sigues pensando que tiene algo que ver con la piedra? James, esto no tiene ningún sentido.
Hacía unos meses James había encontrado una extraña piedra tallada de color oscuro en el escritorio de la casa. Este descubrimiento le había tenido obsesionado durante los últimos meses, su carácter se había vuelto un poco más brusco y su vida social se estaba reduciendo a la nada, últimamente James y Thomas sólo se veían en los partidos de rugby del equipo universitario.
- James...- dijo Thomas dando otro trago a la petaca- ¿que ha pasado en tu casa? Ha habido un incendio...
- ...Si te lo contase, no me creerías...-dijo James, y abrío la palma de su mano, mostrándole a Thomas la piedra, y Thomas pudo comprobar con asombro que la piedra ya no era oscura, sino que centelleaba y vibraba emitiendo una luz roja, era imposible apartar la vista de ella, pero no era bonita, esa luz desprendía tal odio, podredumbre y horror que Thomas comenzó a llorar.
James cerró su mano, y la piedra pareció apagarse mientras la introducía con cuidado en su bolsillo...
(Dumdumboy continuará esta fantástica e inquietante aventura muy pronto, en éste, vuestro blog favorito)
4 Comments:
Plas plas plas, Bravo! de nuevo otra vez y para este segundo escritor.
La petaka quiere decier algo, seguro que es un elemento clave en la historia... ufff que intriga.
muchas gracias, lector. Eres un fan bestial, no te cansas de aplaudir,jajaja.
Esque he descubierto la onomatopeya PLAS, que es bestial. Prueba a usarla y veras como no pordrás parar jajaja
plas plas plas plas!!!
(me uno al aplauso onomatopéyico del capitán)
me ha encantado el segundo capítulo, eso si, plis, no tardéis mucho en actualizar ein??
dumdum boy no nos hagas esperar demasiado!!
besooootessss
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