Destino: Père-Lachaise. Motivo: James Douglas Morrison.

Iba a hablar del proyecto Magnet del inefable David Hamel pero tras leer la nueva entrada en Notas de Kar sólo me ha quedado una alternativa: dedicarle yo también un post a Las Puertas.
El caso es que, como muy bien dice Kar, a veces, pasa que, basta con pensar en algo o en alguien y empezar a ver referencias en todos los lados.
Según teorías pseudofilosóficas new age el azar no existe (o no del todo) y aunque cada persona tiene un destino prefijado, el libre albedrio hace que en muchas ocasiones no se alcance ese fin idílico para el que todo individuo ha sido creado. Una de las maneras, se supone, de encontrar "el camino" es seguir las coincidencias a modo de señales de trafico y así esas coincidencias (que en realidad no son tales pues son ni más ni menos el indicio de una armonía espiritual) te guían hacia tu destino (en el caso de Bruce Willis en el protegido, superhéroe... ahí es nada).
Es por esto que despues de haberme pasado unos días en París y haber visitado la morada eterna de Jimbo en el cementerio de Pere-Lachaise, ver la portada del Popu, y descubrir que Kar ha tenido la misma revelación he decidido seguir la senda que me había sido mostrada.
Père-Lachaise es uno de los cementerios más grandes y famosos del mundo y alberga una gran cantidad de celebridades insólita, en su mayoría artistas, covirtiendose así en el lugar escogido por muchos dado su caracter mitico e icónico y creando un auténtico bucle de realimentación.
No es de extrañar que el destino guiase a Morrison hasta Paris y acabase en ese rinconcito de Père-Lachaise rodeado de gente de la talla de Oscar Wilde, Chopin, Delacroix, Balzac, Proust, Edith Piaf, Maria Callas, Modigliani y tantos otros.
El busto de la tumba de Morrison ya no está, parece ser que alguién lo robó, pero lo que si se mantiene es la peregrinación continua de fans de todas partes. Para que os hagáis una idea yo estuve un jueves por la mañana durante unos minutos y había unas quince personas y la mitad rondaban los 50 años (la vieja guardia).
Botellas de Jack Daniels con velitas, flores, cartas directamente para Jim en fin supongo que ya habreís visto fotos y tal...

La verdad es que el ambiente que se respira en ese cementerio es especial, un lugar que aunque obviamente es tétrico tiene un halo romántico que está a años luz de esos almacenes de muertos que son los cementerios modernos, llenos de nichos, que es la cosa más horrible que se ha inventado jamás. El lugar tiene ese encanto de otra época y no es raro ver a la gente haciendo picnics en el cesped ya que, aunque lóbrego, es acogedor.
Aunque aprecio la diferencia traté de pulular lo menos posible por el lugar, y es que a mi estos sitios me dan un juju que no veas.
Cambiando un poquito de tema, sólo un poquito... hablando de Morrison y Cía. como comentaba Kar en su post paralelo, yo soy de los que descubrí a los Doors por la peli y ni siquiera cuando la estrenaron si no tiempo después. Quizá había leido su nombre o incluso escuchado Ligth My Fire pero está claro que el espaldarazo definitivo fue la película. Creo que casi todo el mundo perteneciente a nuestra generación los descubríó gracias a la bola que supuso el filme de Val Kilmer (que se sale en los momentos de escenarío) y Oliver Stone y quién diga lo contrario es susceptible de ser llamado bellaco embustero.
El Morrison retratado en el filme quizá está demasiado pasado de vueltas aunque por otra parte no creo que el auténtico fuera muy diferente en sus momentos de locura alcoholica/lisérgica. Lo que sucede es que en la peli da la impresión de que no había ningún segundo de consciencia y sobriedad lo cual me parece falso.
También es cierto que en el fantástico libro Please, kill Me tampoco se le da un trato de persona lúcida y comedida. Y no hay más que leer a Nico declarando que era un niño malcriado y autodestructivo, un pasado y poco menos que un fraude en cuanto a poeta y artista se refiere. Increible la escena de Jim bailando desnudo por los tejados después de haber arrastrado a Nico por los pelos para que le acompañase en tan intelectual propósito.
Yo creo que la personalidad de Morrison era evidentemente excesiva pero ni de coña pienso que fuese un descerebrado (o por lo menos no sólo eso), sólo hay que oir declaraciónes de sus compañeros alabando su espiritualidad, talento y lo dulce que podía llegar a ser Mr. Mojo Risin...
Lo que nadie podrá poner en duda jamás es el enorme carisma y magnetismo que desprendía (y desprende aún hoy en día) y la bestia escénica que era, amén de habernos dejado increibles interpretaciones vocales y unas también increibles canciones