¿Nostalgia noventera?

Se ha hablado en multitud de ocasiones de Pearl Jam en este Blog, los Iones sentimos debilidad por este grupo y somos fans declarados y aunque debo confesar que durante una época los dejé bastante de lado, pues sus nuevos lanzamientos discográficos no me llenaban y la actitud del grupo era preocupantemente muerma siempre los he tenido presentes y sus tres primeras obras siempre han ido sonando initerrumpidamente en mi aparato a lo largo de todos estos años.
Aunque, como decía, hemos escrito bastante sobre Vedder y los suyos, me apetecía dedicarles un post más nostálgico y compartirlo con vosotros.
Mi primer contacto con Pearl Jam fue una toma en directo de Animal que solían pasar por la MTV en aquel ya lejano 93 y que me pareció una de las canciones más demoledoras que había escuchado hasta entonces (que dicho sea de paso era muy poquito).





Una de las cosas que ahora más echo de menos es la capacidad para sorprenderme que tenía en aquella época y que es básica a la hora de forjar tus gustos cuando eres un pipiolo altamente influenciable. Ahora no puedo expresar con palabras la sensación que me produjo ver a "ese grupo", con "esas pintas" y "ese sonido tan duro" que me cautivaba. Podría decir, ahora, que fue esa actitud tan underground que tenían, su look desaliñado tan cool (a principios de los 90 era lo más), la cara de loco de Vedder o sus berridos lo que hizo que me fijara en ellos... pero estaría faltando a la verdad, porque realmente no sé lo que pasó por mi mente.
Supongo que era el momento justo. Un crío de 14 años ante una de las bandas del momento, un momento que afortunadamente para todos los de mi generación fue único, en el que las buenas bandas a nivel mainstream se contaban por decenas y el rock volvía a ocupar el trono de popularidad que había perdido durante los 80.
Si los Guns, grupo que poco más de un año antes había marcado mi vida para siempre, ya habían anticipado esa revolución, habían llevado el rock más genuíno a las másas, está claro que fue el grunge lo que acabó de estallar de manera brutal y fulminante (en todos los sentidos) y claro Pearl Jam y Nirvana a la cabeza.
Aunque Nirvana me gustaban mucho sempre sentí predilección por Eddie Vedder y sus chicos y mis dos casettes de Pearl Jam (Ten y Vs) se convirtieron el parte de la banda sonora de mi vida.
El único lanzamiento de Pearl Jam que viví con expectación fue el de Vitalogy e incluso recuerdo grabar Tremor Christ de la radio en una cutre-cassette de varios, pero lamentablemente aquel disco no me llegó a convencer, y aunque ahora lo considere uno de los grandes discos de PJ, en aquella época cosas como Bugs me parecían poco menos que insultantes (ahora meramente anecdóticas).
A partir de ahí fui perdiendo gradualmente el interés por los nuevos lanzamientos de los Mermelada de manera inversamente proporcional a lo que aumentaba mi devoción por sus tres primeros álmumes.
Volví a tener algo de esperanza con Riot Act y definitivamente con el del aguacate aunque realmente lo que ha hecho renovar mis votos de fé en Pearl Jam fue el conciertazo de Vitoria y ver a Vedder en tan buena forma, algo que espero repitan en el inminente show de Madrid y nos vuelvan a dejar esa estupenda sensación que aún se arremolina en mi estómago cuando pienso en el Azkena.
Simplemente, concluir esta entrada con un youtube de su apoteósica actuación en el Pink Pop festival allá por el año 92, un show que, como el del Ritz para los Guns, define perfectamente la grandeza de Pearl Jam en uno de sus puntos álgidos y que marca un hito en los años más salvajes de Vedder y compañía, espectacular es decir poco (recomendamos el minuto 2:55):