El pasado lunes, la banda inglesa
Radiohead anunció en su página web la publicación de su nuevo album,
The King of Limbs, con tan sólo seis días de antelación (que al final fueron cinco). En esta ocasión, y a diferencia del anterior In rainbows, era necesario pagar un precio, que dependía del formato en que cada oyente quería tener el nuevo trabajo (desde 7 euros a 39 euros, en función de ediciones digitales, cd, vinilo, o una edición especial que se anuncia como un newspaper album). Aparentemente, y a falta de estudios oficiales, las webs se colapsaron. Se colapsaron antes incluso de haber escuchado ni un sólo tema del nuevo album. Se colapsaron a pesar de que posteriormente ha resultado ser un disco corto (8 canciones, 38 minutos aprox.), difícil (un disco sin muchas canciones en sentido clásico) y absolutamente complejo (influenciado por el dubstep, la electrónica, la música atmosférica), y que poco o nada tiene que ver con los Radiohead más clásicos (o si?).
Que la banda inglesa lleva ya un tiempo utilizando la
potencialidad de la red es un hecho, y podemos decir que sin duda es de las bandas que más lo ha utilizado, y con un modelo más inteligente. Lejos de considerar la red como un enemigo, Radiohead la ha utilizado para dar a conocer su música (los dos últimos albums, algún que otro single, videos, conciertos...), convirtiéndose aún más en la banda de culto más representativa y con mayor coartada intelectual de los últimos tiempos. Un trabajo que ellos (y tal vez pocos grupos más) se pueden permitir, pues parte de un elaborado plan (consciente o no) que ha hecho de los ingleses la banda más intelectual de los últimos diez años, la banda a la que hay que seguir por si acaso, la banda que hace música alejada del mainstream para las masas, la última banda de estadio que ha renegado de los grandes estadios.
Guste o no el grupo (en realidad, cada vez tienen menos elementos para gustar a grandes audiencias, pues su música requiere cada vez más tiempo para ser escuchada y analizada) es innegable que se han convertido en adalides de un
nuevo modelo de comercialización de la música, que prima tanto al oyente medio (descarga de calidad a un precio moderado) como al melómano impedernido (posibilidad de obtener discos-arte a un mayor precio). Sin duda un modelo a tener en cuenta.
The king of limbs es un disco de
ocho canciones, inicialmente escaso para cuatro años de ausencia de composiciones nuevas de la banda, a excepción de dos singles (pero no de sus componentes, con trabajos de Tom Yorke, Phillip Selway o Jonny Greenwood), que crece en sus escuchas (lo cual ya nos habla del tipo de disco, menos rock o pop y más conceptual, más atmosférico), y que va dejando un poso en el cerebro conforme se va entrando en el, atendiendo a sus partes (ritmos, detalles sonoros, cajas, ruidos, melodías vocales...).
El disco se inicia con un piano sincopado en la canción
Bloom, que enseguida deja paso, en un brusco cambio, a un ritmo machacon, arisco, distorsionado, más característico de otros trabajos de la banda (Amnesiac, Kid A) en los que el referente al miedo a la deshumanización de la sociedad era el tema principal. Una canción es la que es más importante la trama sonora que la melodía vocal, en un estilo cercano a Packt like sardines in a crush.
La sensación se rompe en Morning Mr Magpie, con un guitarreo inicial más característico de los radiohead post amnesiac, con esas notas divergentes que ya empiezan a ser marca de la casa, la creación de una sensación disarmónica dentro de la armonía absoluta. Multiples detalles inundan una canción más típica, con un antiestribillo en descenso. Toques de free jazz y un buen trabajo del bajo.
Feral es probablemente la canción más Tom York del album, absolutamente influenciada por la electrónica y el dubstep de Burial, Blake...Probablemente no aporte nada nuevo a esta tendencia musical, pero una vez más Radiohead consiguen hacer de una no canción un monumento sonoro con detalles apasionantes.
Lotus flower ha sido elegida por el grupo como single, si se puede llamar así, del album. Comienza con un bajo excepcional, y pronto comienza ese ritmo tan radioheadiano al que se van incorporando elementos percusivos, palmas, loops... Un Tom Yorke más en falsete que nunca, en una canción (esta sí) que tiene mucho de lo que gusta de Radiohead, una melodía poco clara inicialmente que va creciendo, y un estribillo poco anunciado pero que sin duda se hace absolutamente precioso. El video por cierto es muy recomendable.
Codex es la canción Radiohead por excelencia (al menos de su última época). Un piano que toca cuatro acordes, pero cargados de sensibilidad, intimismo, melancolía, desesperación... Un Pyramid song, un videotape, un You and Whose army, en versión 4.0. La verdad, si no te emocionas con ese minimalista piano, eres un robot. Y no wall-e exactamente.
Give up the ghost es probablemente de lo más novedoso, estilísticamente hablando, del album. Construido a partir de una melodía vocal de Yorke, que se mantiene mucho rato, con una pequeña guitarra acústica, una escueta percusión, un concreto bajo...Es un Fake plastic trees a lo difícil, a lo me he cansado de canciones perfectas. Unos beach boys oscuros, del siglo XX2, un cuento gótico y tenebroso.
Little by little tiene una linea armónica de bajo espectacular, a la que se van añandiendo el resto de elementos, una canción cuyo inicio me pareció brillante desde el inicio, y que se va resolviendo muy bien, creando una sensación de desesperanza absolutamente anclada con el momento actual que nos ha tocado vivir.
El album termina con Separator, también una de las cosas más originales del album. Un futuro camino a seguir. La utilización de ritmos complejo-sencillos, de loops bajos, de voces producidas llenas de reverberación, una melodía vocal que va avanzando como mantra budista, una canción de despedida de un album raro, difícil, y probablemente tan radiohead como siempre por lo que tiene de poco predecible. La canción de la rumorología, con ese estribillo final que canta que si crees que todo ha terminado, estás equivocado (ya corren por ahí rumores de que esto sólo es la primera parte del disco, no se yo).
En fin un album distinto, un album muy producido, con múltiples detalles menores que son los que hacen que no canse, que aunque no te atrape inicialmente te veas sumergido en su profundidad, quieras más. Su obra maestra? No creo la verdad, pero si otro digno disco de la banda Radiohead.