The shadow of the Colossus

No es habitual que comentemos videojuegos en esta web, pero la verdad es que este último puente disfrutamos de lo lindo jugando a éste, hasta ahora desconocido para mí... si es que a mí los seres de dimensiones cósmicas me pierden.

Mi primo me prestó la consola con un archifamoso juego de futbol muy adictivo, así que cuando fuimos al videoclub íbamos dispuestos a encontrar el juego de Goku,en plan alternativa, para elegir a Vegeta destruir mundos y darnos de piños bien a gusto, durante nuestra búsqueda nuestros ojos se fijaron en otro juego que estaba en la estantería que tenía muy buena pinta, la portada ya era espectacular.

Como no somos tontos teníamos nuestras dudas, porque rara vez lo que sale en la portada es fiable... pero aún así, confíamos en nuestro instinto ganador.

Cualquier otro tipo de persona hubiese vacilado a la hora de elegir: Goku (valor seguro) o Colossus (apuesta un poco ciega)... los Secuestradores de Iones no dudamos ni un instante y alquilamos los dos.

No podíamos haber acertado más claramente: Jugamos a futbol, jugamos al Goku... y resultó que The Shadow of the Colossus es un juego cojonudo. Y tiene todos los ingredientes para encantarle a todo buen Secuestrador de Iones que se precie: Monstruos enormes, monstruos enormes y monstruos enormes.
Para que os hagáis una idea, para poder agarrarte al tobillo del primer monstruo ya hay que saltar y trepar... para llegar al tobillo!



¿qué numero calzas?


En cada pantalla tienes el objetivo de matar un bicharraco de dimensiones brutales, trepando por ellos y agarrándote a sus barbas para clavarles espadazos, que para los bichos estos son como alfileres. El verdadero reto ante cada mastodonte consiste en descubrir cómo te puedes subir a su cuerpo, porque una vez allí tarde o temprano conseguirás derribarlo. Lo malo es que cada vez que les hace mal se retuercen de manera brutal y cuesta mantener el equilibrio, para esto, los bichos tienen como almenas y sitios en los que puedes estar de pie tranquilamente (más o menos).

Una vez te haces al juego, y tras la sorpresa inicial, la verdad es que no resulta muy difícil, y el interés empieza a residir en cómo será el siguiente ser titánico a destruir... Son seres medio de piedra-medio orgánicos, y siempre están inspirados en animales; hombres, carneros, serpientes, lagartos... y el diseño está logradísimo, gráficos especataculares y buena jugabilidad.



Como pega tiene que conforme vas avanzando y matando los bichos, la manera de eliminarlos se hace cada vez más retorcida... y también más mecánica y eso hace que alguno de los monstruos se haga un poco cansino de superar (la tortuga, por ejemplo).

Por lo demás... un superjuego.