Son gemelos, rubios y hair-rockeros, con ustedes... los Nelson y su mega vídeo After the Rain.


Johan y Pirluit es un cómic de la hostia, Peyo despliega su enorme talento técnico con un dibujo increíblemente expresivo y preciosista. El rollo es muy de historieta, ya que las características físicas de los personajes y ambientes son muy 'caricaturescas', pero ello no impide que haya momentos de seriedad o de tensión y que todo funcione muy bien. Se trata de una joya de la historieta ambientada en la Edad Media con aventuras entretenidas, personajes elaborados, mucha acción y mucho humor de calidad. Es de esos cómics en los que uno nota la ilusión del creador... como en La Caja de Pandora de Superlópez (Jan) o El Sulfato Atómico de Mortadelo y Filemón (uno de los pocos buenos números de la archipopular serie de Ibáñez, el majadero).
Johan, el protagonista es un paje venido a más, que gracias a su enorme coraje y talla moral se dedica a ir desfaciendo entuertos. Durante los primeros números vemos como crece como personaje y como va incorporando buenos personajes secundarios que van haciendo que la serie coja peso.
Uno de estos secundarios es Pirluit, un enano gamberro que va montado en su cabra Pepita y que padece el síndrome Krilín; es decir que de primeras es malo, pero luego se hace supercolega del protagonista y se une a él como compañero de aventuras.
El impacto en la serie del divertido Pirluit es tal, que no tarda en aparecer en el título que hasta ahora era Johan a secas y ahora sería Johan et Pirlouit. Todo el mundo se puede imaginar como cambia una serie cuando en lugar de un protagonista, hay dos... el hecho de combinar personajes de carácteres tan distintos hace que las tramas y el fondo de cualquier guión crezca de manera superlativa, además Pirluit se convierte en el personaje preferido del público más infantil de la serie porque es un bufón y un tipo mucho más entretenido que el 'soso' de Johan.
Peyo estaba encantado con Pirluit, al que veía como reflejo de sí mismo y como una ventana por la que expresar mogollón de cosas que jamás hubiera podido hacer con Johan, que seguía siendo el gran héroe de la serie, y ganaba humanidad y algo de 'vis comica' con Pirluit a su lado.
Pero Pirluit no fue el único secundario que impactó en la obra: En el noveno número titulado originalmente 'La Flauta de los Siete Agujeros' los dos protagonistas deben viajar al país Maldito y allí se encuentran a unos extraños seres pequeñitos, de color azul que hablan un extraño idioma y que conquistan a todo el mundo desde el momento de su primera aparición. Un bombazo, Peyo ha dado en el blanco. Los editores están encantados con esa creación desde el primer instante, hasta tal punto que cambian el nombre del número y aparece como 'La Flauta de los Pitufos'. Estos simpáticos bichos irrumpen en la serie como un elefante en una cacharrería, llegando a acaparar todo el protagonismo de algunos números, como 'El País maldito'. Los editores advierten a Peyo del hecho de que los números en los que aparecen los pitufos se venden mucho más que en los que no lo hacen y se vuelcan en la promoción del gran filón azul.
Peyo, que es un dibujante estupendo y muy trabajador, ilusionado con el éxito de su creación se dedica en cuerpo y alma a dibujar a los seres azules, crea su propia serie, llega la televisión y los miles y miles y miles de productos de marketing: ropa de niño y de cama, juguetes, muñecos, juegos de mesa, tazones, cepillos de dientes, pasta para sopa con forma de pitufo(que aún se comercializa en los supermercados actuales), calendarios, discos (con el típico y extraño Padre Abraham). Los pitufos (barrufets para el publico catalá o smourphs para belgas, franceses y alemanes) inundan nuestras vidas hasta tal punto que son conocidos y amados por todos los niños del planeta y reportan (y siguen haciéndolo) grandes beneficios a las editoriales y al autor.
Con el tiempo descubrí que la revista MAD era probablemente la revista de cómic más popular de los USA, algo así como lo que aquí es EL JUEVES. Se trata de un semanal (creo que es semanal) satírico de actualidad, que se burla de la propia sociedad americana consumista y de las grandes producciones de Hollywood haciendo parodias y chistes fáciles y tal. Para situaros puedo deciros que quizá recordéis un capítulo de los Simpson en el que Bart visita la redacción de MAD, pensando que será el lugar más absurdo y loco del planeta, y se encuentra con una sosa oficina.
Indiana Jones visto por Mort Druker (grande entre grandes).
En nuestro país acaba de aparecer una versión de MAD para la piel de toro, con los contenidos de la original y con algunos autores españoles que colaboran y completan... ya os podéis imaginar que es un bodrio de recomendabilidad nula, sólo con decir que colabora el patético Cels Piñol, puaj...